Cuatro hombres y una mujer resultaron con fracturas, cortes y palazos. Integran grupos peleados desde hace 10 años. Antes hubo tres homicidios y una larga lista de apuñalados y baleados. Explotó la bronca luego de la liberación del acusado de una de esas muertes.
La historia vuelve a repetirse. Otro baño de sangre sucedió en el populoso barrio Quilmes de la ciudad de Corrientes. Y buena parte de los protagonistas fueron quienes desde hace una década mantienen una enemistad insalvable, con el registro de tres homicidios y una larga lista de heridos a balazos y puñaladas.
Ayer a la madrugada, luego de que una de las partes supiera de la liberación de un acusado de uno de esos tres asesinatos, volvió a producirse una “batalla”, con el saldo de cinco personas, cuatro hombres y una mujer, con fracturas, cortes y palazos.
El escenario del reciente enfrentamiento fue la tristemente célebre (por haber sido lugar de crímenes salvajes) calle Pizarro, al costado de la cervecería Quilmes, ubicada en la zona Sur de la capital.
Ayer a la madrugada, luego de que una de las partes supiera de la liberación de un acusado de uno de esos tres asesinatos, volvió a producirse una “batalla”, con el saldo de cinco personas, cuatro hombres y una mujer, con fracturas, cortes y palazos.
El escenario del reciente enfrentamiento fue la tristemente célebre (por haber sido lugar de crímenes salvajes) calle Pizarro, al costado de la cervecería Quilmes, ubicada en la zona Sur de la capital.
Pasada la medianoche, una pelea de gran magnitud, de la que participaron al menos quince personas, culminó en un drama que no tuvo un peor desenlace gracias a la intervención de la Policía que desplegó a unos 50 hombres para separar a los bandos enemistados y rescatar a los heridos.
De acuerdo a la información conocida por diario época, la confrontación habría comenzado cuando una de las familias hizo saber su descontento por la liberación de un joven que, siendo menor de edad, fue señalado como responsable del homicidio de un hombre de esa barriada, en el año 2012, y también sospechado de provocar la muerte a un adolescente en 2013.
Poco a poco el clima fue subiendo de temperatura. Primero existieron intercambio de insultos y amenazas. Luego los miembros de dos familias, sumados a sus amigos, dieron pie a una pelea dantesca armados con cuchillos, palos y armas de fuego de fabricación casera.
El resultado de los incidentes dejó la siguiente cantidad de heridos. Los hermanos Eric y Sixto Ponce, de 22 y 23 años; Juan Borda, de 48; Amalia Obregón, de 50, y Sergio Rafael Paredes, de 29.
Los Ponce sufrieron heridas gravísimas, uno de ellos inclusive presenta fractura de cráneo. El resto tendría quebradura de dedos, politraumatismos y cortes.
De no ser por el despliegue de efectivos del Grupo de Respuesta Inmediata Motorizada 1 (GRIM 1), del Grupo Táctico Operacional (GTO), de la División Infantería y de la comisaría Duodécima el saldo seguramente hubiera sido el de varias personas muertas.
Contar en detalle la historia de enfrentamientos demandaría varias páginas. Pero en resumen todo comenzó en noviembre de 2005 con el crimen de dos hombres. Luego, a modo de represalias sucesivas, fueron dejando heridos en “batallas” similares a las de ayer
De acuerdo a la información conocida por diario época, la confrontación habría comenzado cuando una de las familias hizo saber su descontento por la liberación de un joven que, siendo menor de edad, fue señalado como responsable del homicidio de un hombre de esa barriada, en el año 2012, y también sospechado de provocar la muerte a un adolescente en 2013.
Poco a poco el clima fue subiendo de temperatura. Primero existieron intercambio de insultos y amenazas. Luego los miembros de dos familias, sumados a sus amigos, dieron pie a una pelea dantesca armados con cuchillos, palos y armas de fuego de fabricación casera.
El resultado de los incidentes dejó la siguiente cantidad de heridos. Los hermanos Eric y Sixto Ponce, de 22 y 23 años; Juan Borda, de 48; Amalia Obregón, de 50, y Sergio Rafael Paredes, de 29.
Los Ponce sufrieron heridas gravísimas, uno de ellos inclusive presenta fractura de cráneo. El resto tendría quebradura de dedos, politraumatismos y cortes.
De no ser por el despliegue de efectivos del Grupo de Respuesta Inmediata Motorizada 1 (GRIM 1), del Grupo Táctico Operacional (GTO), de la División Infantería y de la comisaría Duodécima el saldo seguramente hubiera sido el de varias personas muertas.
Contar en detalle la historia de enfrentamientos demandaría varias páginas. Pero en resumen todo comenzó en noviembre de 2005 con el crimen de dos hombres. Luego, a modo de represalias sucesivas, fueron dejando heridos en “batallas” similares a las de ayer
a la madrugada.
En 2012 mataron de un puntazo a Pedro Ávalos. Señalado como autor fue un adolescente de 14 años, quien sería pariente de los Ponce.
A dos semanas del crimen de Ávalos se produjo en el barrio una confrontación de enorme magnitud con mujeres lastimadas, un hombre con el brazo quebrado y otro con la cabeza rota.
Luego, en 2013, ese menor ya de 15 años volvió a ser apuntado como responsable de quitarle la vida a un muchacho de 16.
La gente del barrio sabe de esta conocida rivalidad. Los enemigos, para identificarse, se hacían llamar “Los de adelante” y “Los del fondo”.
“El problema entre esta gente es muy largo y está cargado de peleas y agresiones mutuas. Hay denuncias cruzadas, cada vez que pueden intentan matarse”, dijo a época una alta autoridad policial en el año 2011.
El paso de los años sólo parece incrementar el odio. Ahora sólo resta esperar un nuevo capítulo de esta historia repetida.
En 2012 mataron de un puntazo a Pedro Ávalos. Señalado como autor fue un adolescente de 14 años, quien sería pariente de los Ponce.
A dos semanas del crimen de Ávalos se produjo en el barrio una confrontación de enorme magnitud con mujeres lastimadas, un hombre con el brazo quebrado y otro con la cabeza rota.
Luego, en 2013, ese menor ya de 15 años volvió a ser apuntado como responsable de quitarle la vida a un muchacho de 16.
La gente del barrio sabe de esta conocida rivalidad. Los enemigos, para identificarse, se hacían llamar “Los de adelante” y “Los del fondo”.
“El problema entre esta gente es muy largo y está cargado de peleas y agresiones mutuas. Hay denuncias cruzadas, cada vez que pueden intentan matarse”, dijo a época una alta autoridad policial en el año 2011.
El paso de los años sólo parece incrementar el odio. Ahora sólo resta esperar un nuevo capítulo de esta historia repetida.
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